Ir al contenido principal

Ficciones II


- A penas junte en la ruleta del cacino suficiente plata, abriré un monasterio budista zen en Pomaire. dirigido por supuesto por Seba Pan y por Nikitin.
- Viviré de la meditación y la greda, seré apasible como un chanchito de greda.
- Me aburriré y con nikitin nos instalaremos en pomaire mismo, pero con un Karaoke Bar exclusivamente con canciones de Magma. (al Seba con el zen le irá formidable).
- Fracasaremos nuevamente con Nikitin y, junto con Manzo, crearemos una serie televisiva que se llamará "los archivos secretos XXX", sería que contará por supuesto con el apoyo del fondart y con el permiso de nuestras respectivas mamás. siempre es importante.
- Con la serie ganaremos importantes premios nacionales e internacionales, pero la fama no nos dará felicidad, por lo que volveremos una temporada al monasterio de pomaire.
- Luego de 3 empanadas de kilo y 4 horas en pomaire nos iremos para nunca mas volver.
- Decidimos entonces que tenemos que enfocar nuestras vidas en algo realmente productivo para nuestras almas y bolcillos. Asi que ponemos una tintorería, una barbería y un lustrín. Todo en el mismo sitio. Exito inmediato.
- Los humos se le suben a Manzo por que, como maneja la tintorería, que es la que da mas plata, y nos estamos repartiendo todo en partes iguales y este sujeto es muy amarrete, exige mas plata y comienza a conversarle de ello a su parte de la clientela, cosa que es un desastre para el negocio. Nikitin, al notar esto lo encara y finalmente son sacados por la policía hacía la calle donde terminan golpeando a un sujeto que llamó a alguna de sus madres "chimoltrufia".
- terminan nuestros dias 50 años mas tarde, en el mismo lugar pero que cambío de rumbo hace ya 30 años y que vende gomitas de llave de paso, patamoscas plasticos y lavalozas alternativos como nadie en la ciudad!!

Comentarios

Eva dijo…
Eres gracioso.


Está re bueno


lelele

Entradas más populares de este blog

Es lo que es

es de noche Si me quedo callado escucho el refrigerador. si lo desconecto, escucho el reloj. Si le saco las pilas, escucho el mar. si saco el mar, escucho las gaviotas. Si elimino las gaviotas, escucho algún esporádico auto. y si elimino los autos, aun oigo camiones. Si elimino todo vehículo, maquina, motor cualquiera, oiría el viento. Y si el viento no existiese, oiría esta casa que a ratos se queja. Sin esta casa, oiría las demás casa y sin las demás oiría los arboles. Sin arboles ni nada que me rodee, oiría mi respiración y mis latidos: oiría mi cuerpo. y sin mi cuerpo sonando, en los últimos instantes de la vida, ya sin pulso, ya sin aliento, oiría la música de las esferas, el universo. Y si en ese momento, el universo tampoco existiese y todo se eliminase incluso yo y nada existiese, no podría comprobar la existencia de la nada, por que yo no estaría y no podría percibirla. Podría llegar a la conclusión de que, al no poder ser percibida, la nada no se puede conocer. Y si Todo es t...

Estacionario

De ser este un momento más entre tantos transitorios De ser una pequeña y eterna sucesión de momentos De ser por los pretéritos días y las muchas circunstancias Decisiones trascendentes y sutiles pequeñeces De ser por los caminos entrelazados Atribuibles a dioses y destinos Si todo fuera el instante Si nada fuera constante Si estar contigo fuera solo Lo casual del recorrido Lo imprevisto y pasajero Si fuera el encuentro fortuito en el metro Y si solo fuera la alegría de un encuentro Y tuviera la certeza inicial del fin Y pensara en el final desde el principio Y si además de puro pasada que eres me digieras que Somos pasajeros de estos momentos transitorios Refutaría la sentencia con un grito bestial Envuelto en rabia y rasgaría mis ropas Y le lloraría al cielo y maldeciría en tu contra Diosa del tiempo y del espacio Precisamente por ser dueña del momento Deja que no sea un momento Deja que sea la acumulación de momentos Coleccionémoslos Acumulémoslos como Diógenes Fluyamos mientras deb...

Momentaneo y Silencioso

El ruido blanco y el frizz del viejo televisor es lo único que queda despierto. No he tenido buenos días últimamente. Bueno, ya todos lo han notado; no hay nadie que me haya visto desde aquel día, que no haya notado mi aspecto desaliñado. Me despierto medio mareado y lo único que atino a hacer es prender un cigarrillo, uno más de esa larga noche. Pienso en cuanto tiempo seguirá afectándome. Cuanto tiempo seguiré preso de estos recuerdos, de este dolor que se niega a desaparecer. Me pongo de pie y me acerco a la ventana y entre la persiana distingo que por fin ha decidido visitarme. Jamás lo ha hecho. Todo contacto entre nosotros fue siempre gracias a mí. Y ahora esta subiendo por el ascensor para llegar al piso nueve y decirme lo que sé que viene a decir. Antes que llegue dejo la puerta entreabierta y vuelvo a mi lugar junto a la ventana. Dejo que entre por sus propios medios y no me importa que vea en la pocilga que vivo. Más bien dejo que compruebe que no solo mi aspecto luce mal por...