Un amigo no me va a creer nunca que sus canciones para mi son imprescindibles. Que vuelvo a ellas de vez en cuando y ya son 11 años o mas de este síntoma: a falta de piernas maternas me escondo detrás de unos audifonos, donde me abraza el calor de su guitarra y su voz. Por años tuve su guitarra, además, las cambiamos. Nos quedamos con las guitarras respectivas y en la suya, que contenía sus canciones, hice las mías. me enseñó a andar en bicicleta la suya hasta que crecí y necesité un aro un poco mas grande y bueno, ahora que ya pasó a ser la bici con ruedas de otro amigo que necesitaba del favor de esta noble amiga, ahora solo puedo buscar tus audios en mis mails... Cada vez encuentro menos, no entiendo por qué. Siempre le he pedido un disco, nunca ha querido. Ni publicarlo ni mandármelo, quizás se note mucho mi deseo de subirlo a internet. Supongo que es como esas historias que no vale la pena hacer canción, porque solo para el recuerdo propio significan. Mi memoria es un barco fa...