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I - El Palta y el Cheverê

A penas lleguê -sin ganas- a San Antonio en el 2002, y a ese colegio de hombres, católico, con banda de guerra dirigida por un milico, y tuve que presentarme ante mis compañeros nuevos y decirles que venîa de Talagante (Venga el burro y te lo plante), asumî que me tocaba ser el webîao y dije entregao “ya ya , si, vengo de Talagante, digan venga…”. Pa suerte mîa pasaron dos cosas: les cayô bien esta actitud de auto webiarme o de estar consciente de mi rol de pajarito nuevo, y que había otro compañero nuevo que tenía muchos más méritos que yo para ser la victima de las bromas de bienvenida: El Chêvere.

Un cabro alto, raro y que hablaba en venezolano, parecía un tipo piola de esos que no van a ser niun aporte real a ningún grupo de gente, es mas era un total computin bueno pal starcraft, era bueno pa hablar pero, simpático, pero pa los ojos de mis compañeros nuevos era muy webiable por hablar distinto. Así que el Cheverê y yo nos abrimos a este nuevo micromundo que compartiríamos 2 años y cada uno se desenvolvió a su modo: el se encerrô en la sala de computación y se hizo amigo de sus compañeros que hacían lo mismo (el chico, el bubu, el palta, el cornejo y el huevo). Yo no me juntê con nadie en exclusivo y básicamente me reî con casi todos, habían varios sub grupos en el curso y no integre ninguno, salvo que como me gusta echar la talla y tocar, obvio que ese podía ser mi grupito… El caso es que sin gran esfuerzo al terminar 4to medio me eligieron mejor compañero, básicamente porque al haber muchos sub grupos el mejor amigo de uno iba a ser votado solo por 4 o 5 personas, y como una especie de descarte salî escogido yo… Y luego del colegio ya he dejado de ver a casi todos, siempre fue un bonito cumplido el título, bastante inmerecido y que creo que comprendî bien.

Bueno, vamos al grano.

Habían 3 eventos-ritos ceremoniales al finalizar el colegio: una fiesta de gala, una misa y la graduaciôn.
Y cuando terminô el día de la misa, la mamâ de Christian Ralf Eyzaguirre Peñailillo (sacate un nombre), se rajo con la casa pa que carretiaramos y con completos del lucernita pa los 27. Se pasô tia, nunca olvidarê ese gesto. Aquî es donde empieza a irse todo a la mierda.

Obviamente estábamos re curaos. Unos afuera en el patio conversando, unos en un cuarto trasero donde el Eyzaguirre tenía su pieza, unos jugando play adentro en una pantalla enorme, algunos habían muerto temprano, unos estaban ya con harta resistencia pal copete y una voluntad de oro para continuar hasta morir, pero no morir nunca. Y entonces pasa que como a las 5:40 am salgo de la pieza de atrás donde estábamos guitarreando y en el patio figuraban 4 weones como conversando. Los personajes eran el Eyzaguirre, el Palta, El Chico y el Gabo.

Hay que decir algo: El chico y el Palta siempre fueron, a parte de computines, los gays. Y había un poco de eso en algún otro de sus amigos, pero obviamente estas son las cosas que se dicen por detrás o en el webeo general, nunca a nadie le interesô realmente el tema, onda como “oie y tu crees que tai orientado sexualmente hacia los hombres amigo Palta?” ….no, ni cagando. Eso no sucederîa nunca.
Todo es talla y en 2002 aûn ser gay es sinónimo de: “ahhh maricôn maraco hueco te gusta la pichula conchetumadre, te gusta por el chico” y esa clase de cosas.

Hecho este paréntesis continûo. La escena era rara, porque si bien nunca hubo ninguna mala onda evidente en el curso, habían cosas que no pasaban y ahî estaba pasando algo raro: Estaba el Gabo, que era como un loco grande y bien alimentado por su mamâ -supongo-, un futbolista de esos que parecen destinados a camionero, un loco moreno buena onda, bueno pal copete y bueno pa la pelota, de pocas luces, timido supongo, un loco que se rie mas que hace reir, buena onda siempre, pero nunca llevándola en una conversa. Pero si jugando a la pelota. Yo siempre me lo imaginê en una picah de camioneros.
Y tengo una costumbre de que muchas veces pienso a la gente como animales, no se… les encuentro cara de animal o actitud de animal, o a veces pienso que nisiquiera provienen evolutivamente de un animal especifico, sino que van a evolucionar hacia un animal especifico. El Gabo siempre me pareció toro chico, un ternero. Sobre todo jugando a la pelota.

Como subrayar que el Palta y el Chico eran lo mas distante al Gabo en…        el cosmos?

El Eyzaguirre estaba ahî porque era el anfitrión y el anfitrión usualmente esta cagao, tiene que estar con todos, pero el resto de la escena…

Decir que el Chico era como un cheerleader que nunca supo que lo era. Un poco amanerado ya que vivíô siempre con su mamâ y sus hermanas, pero eso a veces sucede. Decir que el Palta era Gôtico, pianista y raro... como un maricôn gótico pianista…  Con un leve aire a Golum… Y como caliente el wn… Raro.

Paso por el patio y entro a la casa, veo a los otros computines jugando play junto a otros, paso pal baño a mear, que a eso iba yo. Salgo y miro un poco el juego. Me voy pal patio de nuevo pa ir al cuartucho a tocar y cuando voy abriendo la puerta pa salir me quedo con la imagen del Chico sentado en las piernas del gabo, abrazandolo de frente y cara con cara. Chan. Paso atrás y en el shock sapeo:

-  ehhhh cabros, el chico y el gabo se están comiendo.
- Que wea tulio, que estay diciendo… (me decían Tulio por Tulio Triviño, historia sin niun brillo)
- El chico esta sentao en las piernas del Gabo y se están comiendo weon!
- Sale culiao, déjate de hablar weas! (nadie quiere sacar los ojos del juego)
- Loco, los acabo de ver
- Tulio culiao, que weas estay hablando… capâs que viste…

Ya un poco con la sensación de autodesconfianza que se tiene al ver un ovni, que aunque lo estay viendo necesitai que alguien mas lo vea y aûn asî 5 minutos después desconfiai de lo que viste, me dispuse a salir y salî care palo y ahî la imagen fue más clara. Cara con cara, beso con beso, lengua con lengua, el chico sentado en las piernas del gabo y los dos weones comiéndose a too ritmo como si se hubieran conocido en una disco curaos, ambos pensando que el otro era una mina. En una banca al frente el Palta y el Eyzaguirre me miraban, ambos con caras completamente distintas, me encantarîa tener un pantallazo de mi memoria para agregar una foto, porque la foto mental que tengo es muy re buena jajaja:

Ambos en el patio chico este, con tendederos de ropa secándose, pero apartada hacia los lados para poder transitar en el carrete, en una banca, Palta mas cerca me mira con cara de “Hola, aquí no pasa nada, esto es perfectamente normal, tu también lo crees cierto?”, mientras un poco mas atrás en la misma banca Eyzaguirre me mira y me hace gestos y me gesticula las siguientes palabras en mute “PERO QUE CHUCHA ESTA PASANDO!!!! CON CHE SU MA DRE !!!!’

jajajajajjjajajajjajaja

Puta y el Palta mientras el Eyza apunta y mueve los brazos y hace gestos con su lengua y no sabe que hacer mas que decirme “voh tay viendo esta wea weon??”, me mira con la cara que te mira una weona aburria de vender boletos en el metro, pero cuando estâ mas aburria y tú además te demorai en contar las moneas.

Pasô un rato y palta y chico y gabo desaparecieron de la escena, no se pa adonde, gabo creo que murió de la forma que morîa el gabo (como un tronco pesado donde lo dejaran) y los otros dos no se, probablemente se fueron. Y los que quedamos conversamos de esto, ya era el Eyza y yo los que contábamos la wea mientras jugábamos a la pelota re curaos en la punta de diamante del puente de llolleo. Ya eran las 7:30 de la mañana.


Ya. Solo ahora puedo contarles bien la historia del Chevere y el Palta.


2 meses después de la misa, del Chico y el Gabo comiéndose, de que los amigos del Gabo lo negaran todo y defendieran su hombría, de que se comprobara que el chico era hueco como se creîa, Éramos personas libres de la esclavitud escolar, previos a ingresar al universo universitario. Verano del 2004.


Un domingo cualquiera después de almuerzo, el Chevere reposa y duerme una siesta junto a su polola cuyo nombre no puedo recordar pero da lo mismo, me imagino que con la tranquilidad de la casa silenciosa, el sonido del mar, con el sol pegando pulento y con el absoluto compromiso de no hacer nada.

El Cheverê, que había  llegado de Venezuela y que era chileno, y que por ende había, también en otra época llegado a Venezuela y que (anda a saber en que época del año se habían hecho estos cambios) se había desfasado con su escolaridad, en ese momento, recién salido del colegio, tenía 21 años.
Y su polola era mayor que él, tenía 30. Y era raro, pero era una raya en el agua comparado con todas sus rarezas: Habîa vuelto a Chile hace años, luego de vagar con su madre de pueblo en pueblo en Venezuela, ya que en la localidad donde vivía una noche de lluvia hubo una avalancha de lodo que inundô todo y destruyô el pueblo. Tuvo que caminar toda la noche para encontrar un pueblo vecino donde refugiarse y esto es parte de sus épocas negras. No por esto, él iba a negarse a vivir la vida como quisiera, el no iba a dejar que esta experiencia lo marcara negativamente, así que en alguna parte de lo que siguió en su vida tuvo la extraña idea de hacerse simpatizante neonazi (que?!). Y durante los dos años que comparti con el, o mas bien durante los primeros meses, cuando hablábamos para conocernos un poco, él te mostraba los dibujos que hacîa de águilas e insignias nazis. También le gustaba conversar de esto y te argumentaba muy pobremente (no se puede de otra manera) la validêz de una raza superior. Dicho sea de paso, el loco obviamente no era niun poco ario y en verdad era un wn como escamoso, con una caspa infinita y un olor fuerte a piel blancucha grasienta, con un particular olor a respiración si te acercabas a hablar con el o almorzar juntos en el casino.

Resulta que nuestro héroe Venezolano Nazi, despierta ya con el sol desaparecido, con el silencio intacto, con una soledad perfecta. Su polola no estaba en la pieza. Cuando se parô para ir al baño no la viô ni la escuchô cuando fue a la cocina a comer algo. No la viô cuando echo una mirada en el living comedor tampoco.
Solo caminando un poco más por la casa, animado quizás por que clase de errático instinto, llega a la pieza de su abuelo y encuentra la puerta entre abierta y mira. Ahî estaba su polola: En pelota y en cuatro, con el abuelo. ¿Qué pasarâ por la cabeza de un fanático de Hitler en un caso como este? ¿Qué le cabe pensar a un sobreviviente de desastres naturales, al ver a su polola gimiendo en cuatro patas con su propio abuelo dele que suene agarrándola por detrás? Yo no se. Pero cuenta la leyenda que la loca lo mirô y siguió no más, asi como “chucha, ya se que estai ahî pero de este transe super sexual no me sacai ni a palos”. Y capâs que el Cheverê comprendió el mensaje, la cosa es que se fuê y no dijo nada. [Capáz que la loca quería un trío, que sabe uno sobre las fantasías sexuales del prójimo]

Pero perturbao el weon iba, eso seguro. Camino y camino por San Sebastian y al peo fue llegando donde un amigo conocido, El Palta. A penas supo lo ocurrido, propuso lo que cualquier buen amigo haría y fueron a una boti. Quizâs cuando habrán tomao, harto me imaginô, a la altura de las circunstancias.

Lo que el Chevere pensó de su pololâ o de su abuelo, creo que jamâs lo sabremos…
Pero lo que piensa hoy del Palta…

Dice el dicho que la ocasión hace al ladrôn, y digamos que algo asî fue lo que pasô: El Cheverê desconcertado y hecho re pico de curao, muy probablemente Palta con copete y con viveza, la cosa es que al otro dîa el nazi se despierta y se ve durmiendo con el Palta, que esta sin ropa. Se da cuenta que el también esta sin ropa y se espanta, asi que dice unas chuchadas medias conchalevale y cuando se va levantando siente un dolor al sentarse que le confirma que toda la sospecha de esos 3 primeros segundos del dîa, son ciertos. Y yo creo que al Palta debe haberle gustao también la sacâh de chucha que le debe haber mandao el Chevere, porque cono lo raro que era ese weon…

Pero bueno, es asî como de un paraguaso al chévere se lo cagô su mina con el abuelo, su abuelo se comió a su mina y se lo culiô su mejor amigo, todo en menos de 24 hrs.



Unos años después, supe que se había sacado la chucha en una escalera, curao a la salida de La Torre (Valpo) y que se había roto todos los dientes de adelante.

La cueita….

Años más tarde me lo encontré por casualidad en la plaza anibal pinto. Se veîa bien, contento, estaba trabajando bien y tenía todos sus dientes y un buen ánimo. No le quise preguntar por el Palta.

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