Ir al contenido principal

Los sueños

.


Nadie me ha enseñado ni a quererla ni a olvidarla

Ni a odiarla ni a odiarme

Ni a sentir esta sorda ausencia cuando colgamos el teléfono.

Nadie me salvará del llanto

Que abrazo para abrazarla

Que quiero para quererla

Nadie me sacará del pozo de su nombre

Aquel precipicio donde he caído:

Ni en los bares me salvarán las conversas,

Ni las risas, ni los ojos, ni los todos, ni las nadas.

Nadie me quita la pena que fondie en la pieza vacía

Y nada me lleva, sin embargo, a ir a ver si aun esta ahí.

Nadie quiere robarme el espacio vació que moldeo su cuerpo en el mió.

Nadie querría de lo sublime solo el recuerdo,

Ni de sus labios solo su voz.

Nunca una pena de amor como esta

Se reduzca a mi indiferencia.

Esta pena vale su dolor.

Su ausencia vale estas lágrimas

Y estas letras

Y esta pena vale también

Los sueños donde, por lo menos de mentira,

Aún la beso y soy feliz.




.

Comentarios

Anouna dijo…
Víctor, no sé si el poema es tuyo o tiene otro autor, no dice, pero que me ha gustado, y muchísimo!! Tiene una forma de expresión muy tuya lo declaro, y se siente cada verso expresado. La verdad, es un poema muy sentido, muy bello en su lamento, de recuerdos y olvidos.
Quisiera leer más de estos, hay más?? quizá con otros temas da lo mismo, pero quien lo escribió tiene talento, no hay duda de ello.
Por cierto, casi siempre, te leo.

Besos,
Anouna

Entradas más populares de este blog

Es lo que es

es de noche Si me quedo callado escucho el refrigerador. si lo desconecto, escucho el reloj. Si le saco las pilas, escucho el mar. si saco el mar, escucho las gaviotas. Si elimino las gaviotas, escucho algún esporádico auto. y si elimino los autos, aun oigo camiones. Si elimino todo vehículo, maquina, motor cualquiera, oiría el viento. Y si el viento no existiese, oiría esta casa que a ratos se queja. Sin esta casa, oiría las demás casa y sin las demás oiría los arboles. Sin arboles ni nada que me rodee, oiría mi respiración y mis latidos: oiría mi cuerpo. y sin mi cuerpo sonando, en los últimos instantes de la vida, ya sin pulso, ya sin aliento, oiría la música de las esferas, el universo. Y si en ese momento, el universo tampoco existiese y todo se eliminase incluso yo y nada existiese, no podría comprobar la existencia de la nada, por que yo no estaría y no podría percibirla. Podría llegar a la conclusión de que, al no poder ser percibida, la nada no se puede conocer. Y si Todo es t...

Estacionario

De ser este un momento más entre tantos transitorios De ser una pequeña y eterna sucesión de momentos De ser por los pretéritos días y las muchas circunstancias Decisiones trascendentes y sutiles pequeñeces De ser por los caminos entrelazados Atribuibles a dioses y destinos Si todo fuera el instante Si nada fuera constante Si estar contigo fuera solo Lo casual del recorrido Lo imprevisto y pasajero Si fuera el encuentro fortuito en el metro Y si solo fuera la alegría de un encuentro Y tuviera la certeza inicial del fin Y pensara en el final desde el principio Y si además de puro pasada que eres me digieras que Somos pasajeros de estos momentos transitorios Refutaría la sentencia con un grito bestial Envuelto en rabia y rasgaría mis ropas Y le lloraría al cielo y maldeciría en tu contra Diosa del tiempo y del espacio Precisamente por ser dueña del momento Deja que no sea un momento Deja que sea la acumulación de momentos Coleccionémoslos Acumulémoslos como Diógenes Fluyamos mientras deb...

Momentaneo y Silencioso

El ruido blanco y el frizz del viejo televisor es lo único que queda despierto. No he tenido buenos días últimamente. Bueno, ya todos lo han notado; no hay nadie que me haya visto desde aquel día, que no haya notado mi aspecto desaliñado. Me despierto medio mareado y lo único que atino a hacer es prender un cigarrillo, uno más de esa larga noche. Pienso en cuanto tiempo seguirá afectándome. Cuanto tiempo seguiré preso de estos recuerdos, de este dolor que se niega a desaparecer. Me pongo de pie y me acerco a la ventana y entre la persiana distingo que por fin ha decidido visitarme. Jamás lo ha hecho. Todo contacto entre nosotros fue siempre gracias a mí. Y ahora esta subiendo por el ascensor para llegar al piso nueve y decirme lo que sé que viene a decir. Antes que llegue dejo la puerta entreabierta y vuelvo a mi lugar junto a la ventana. Dejo que entre por sus propios medios y no me importa que vea en la pocilga que vivo. Más bien dejo que compruebe que no solo mi aspecto luce mal por...