La Princesa Cartagena se ofendió conmigo un día. Muy callada se ponía cuando yo llegaba apena`h. y se me paró la antena: Algo raro está pasando, Taban tan bien conversando ¿Será acaso mi presencia? ocho meses de paciencia y el velo se está quitando. Por solo pedir siguiera, pues amaba su conversa, se retiró de la mesa, ofendida y media fiera. Yo, que venía de afuera, no entendía ni una cosa. Insistí, pero "mi esposa" desapareció del mapa y me dejó con el ra(s)ta con que hablaba presurosa. El caso es que al otro día despierta bien con los monos: Que si quería estar solo, que le tiré una comía… Y mi corazón partía Pues yo le cocino a nadie Y le preparé unos nuggets Fajitas champiño...
Comentarios